
La Biblia nos cuenta en Reyes y Crónicas muchas historias acerca de los reyes de Judá e Israel; descendencia, obras, guerras y batallas, etc. Una muy interesante es la del rey Acab, donde a pesar de ser el rey, su esposa Jezabel causó mucha más polémica.
Jezabel pertenecía a otro pueblo, venía de Sidón, un lugar que más adelante Jesús mismo comparó con Sodoma y Gomorra. No es necesario ser erudito entonces para concluir que Sidón, ciudad de comercio, riqueza y prosperidad, era también un centro de vicios e impiedad. Jezabel era una “princesa”, hija del rey de Sidón. Los “caminos de la vida” la llevaron a Jezreel, una cuidad mucho más rural y sencilla donde la gente se esforzaba para vivir al servicio de Jehová.
Ya siendo esposa de Acab, envenenó su mente para expandir la vida pagana de Sidón en Israel. Comenzó desplazando poco a poco el culto a Jehová, e instaurando el culto a Baal, un dios pagano. Eliminó a muchos profetas del Señor, y fue autora intelectual de muchos crímenes. Su arrogancia y sensualidad no tenían límites, y eran sus armas más potentes. Tal fue su inmoralidad hasta el punto que su nombre mismo se hizo sinónimo de perversión, idolatría y hechicería.
Fue Jehú el hombre que Jehová utilizó para terminar dicha perversión, tiempo después, cuando Jorán, hijo de Acab y Jezabel , era rey de Israel. Cuenta la historia (en 2 Reyes 9:30-37) que Jehú, luego de eliminar a Jorán, entró en Jezreel. Y Jezabel, se “arregló un poquito” para utilizar sus poderes seductores contra Jehú y tentarlo desde una ventana. Si la idea era eliminarla, Jehú siendo guerrero no debería haber tenido problemas en ir y acuchillarla, o decapitarla con su espada, o incluso atravesarla con una flecha, de haber tenido las herramientas necesarias. Pero entendía que al acercarse a ella podría sucumbir ante la seducción de Jezabel, y es por eso que gritó : “Quién está de mi parte!?” llamado al cual respondieron un par de eunucos que estaban allí, quiénes tomaron a Jezabel y la arrojaron de la ventana a la orden de Jehú, provocándole una estrepitosa muerte.
Los eunucos eran guardias especiales encargados de atender a las mujeres del rey. Y, para evitar que estos hombres "se metieran con las concubinas", el rey se “aseguraba” de que esto no ocurriese (castración!!!). He aquí la importancia de que hayan sido eunucos quienes arrojaron a Jezabel, y no Jehú mismo. Al ser eunucos, de alguna forma su cuerpo estaba blindado ante la tentación y seducción de Jezabel. Nadie que ha sido castrado se ve afectado por este tipo de cosas. Por lo mismo no tuvieron mayores problemas al acercarse a esta malvada mujer sin ser afectados y arrojarla de la ventana. Así se dio fin a la vida de esta mujer que tanto mal trajo al pueblo de Jehová, pero su nombre pasó a la historia con esa terrible connotación.
Miles de años después, en nuestro tiempo actual, el mundo también nos insta y seduce al “culto a Baal” y a dejar a Jehová. Se podría ver al Mundo como la Jezabel actual. Utiliza sus “hechicerías” y habilidades seductoras para que reemplacemos a Jehová con cualquier otra cosa, para que rindamos culto a lo que ella quiera, a los “Baal” y “dioses” actuales. En la televisión, en internet, nos tienta a través de la moda, grupos urbanos, , pornografía, música, y muchas cosas más. Lo inmoral lo hace ver natural y sano. ¿Vas a compartir en tu vida el culto a Jehová y “Baal” como se hizo en los tiempos de Jezabel? ¿Te vas a dejar seducir por el mundo y caer como marioneta ante sus pies?
La seducción de Jezabel era tan potente que Jehú mismo tuvo que ayudarse de los eunucos, ya que él solo probablemente hubiese sucumbido. Usemos la inteligencia de Jehú y desarrollemos un espíritu eunuco que sea capaz de resistir la tentación del Mundo (por favor noten: Espíritu eunuco, no es la idea que después de leer esto partan a castrarse xD).
No toleremos el pecado, no nos acostumbremos al pecado, no le hagamos convivir junto con nuestra vida cristiana. Seamos luz en todo lugar, y pidamos siempre al Padre el desarrollo de un espíritu eunuco. Es de vital importancia, no desarrollarlo equivaldría a ir sin estrategia ni arma contra Jezabel, lo que sería derrota segura. El enemigo es astuto y sabe cómo atacar, no es prudente que le tomemos a la ligera.
La frustración se apoderará de nosotros si intentamos ir y apuñalar o decapitar a Jezabel, no resistiremos su seducción por mucho que luchemos. ¿Quieres dejar de lado la frustración y sentirte victorioso frente a tu pecado? Entonces desarrolla un espíritu inmune a la seducción del mundo, llénate de Dios y busca de El, no toleres el pecado y adopta un espíritu de eunuco. Toma a Jezabel, toma al mundo y arrójalo fuera del trono de tu vida.
Qué buen tema!!! ;D bien dichoo!, destronemos a Jezabel!!!
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