martes, 1 de marzo de 2011

Que no nos pueda acusar


¿Qué quiere decir el título de este tema?, les cito lo siguiente:

9 Satanás replicó: —¿Y acaso Job te honra sin recibir nada a cambio?10 ¿Acaso no están bajo tu protección él y su familia y todas sus posesiones? De tal modo has bendecido la obra de sus manos que sus rebaños y ganados llenan toda la tierra.11 Pero extiende la mano y quítale todo lo que posee, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara! [Job 1:9-11]

En este pasaje vemos cuál es el objetivo principal del enemigo: buscar algo de nuestras vidas para acusarnos delante de la presencia de Dios. Aunque Job era para Dios un hombre recto e intachable, que le honraba y que se apartaba del mal (Job 1:8), igualmente el enemigo andaba buscando con qué acusar a Job ante Dios, quizá de manera tangible no veía nada, por lo que intentó convencer a Jehová de que la aparente piedad de su hijo Job no era tal sino que se debía a que Él le había provisto de muchas posesiones y riquezas, a él y su familia, por lo que le sugería que le quitara todo a ver si seguía siendo un hombre intachable y recto ante Sus ojos. Ya todos conocemos la historia de Job y su gran final.

El enemigo no descansará hasta encontrar algo en su vida para acusarlo delante de Dios. Esta será su eterna actividad, acusar a los escogidos.

Por lo que estamos llamados a no dar paso al enemigo en nuestras vidas, ¿cómo lo hacemos? viviendo de tal manera que nuestros actos reflejen que somos hijos de Dios, ya que el diablo buscará en nuestro diario vivir con qué acusarnos, nos observará cuando estemos en casa, cuando vayamos a nuestros lugares de estudio, cuando estemos en nuestros trabajos, con nuestros amigos, en familia, jugando, etc., buscará incansablemente hasta encontrar algo que deshonre a nuestro Señor para presentarse ante Él con la evidencia de nuestro actuar.

Ante todo esto, quizá usted se siente un poco desanimado porque claramente todos los días cometemos errores, pero hay algo aun más grandioso que debe animar y fortalecer nuestro corazón, que ante las insistentes acusaciones del enemigo tenemos un abogado que intercede por nosotros, Jesucristo, ¡Él defiende nuestra causa ante el Padre!.

Sin embargo, el principal llamado que tenemos constantemente por parte de nuestro Señor es a vivir en santidad para que así el enemigo no tenga con qué acusarnos y no tenga más que recurrir a colocarse rojo y mentir delante de Dios para tener algo que decir de nosotros...esto será avergonzar al enemigo, ¿qué mejor no?.

Escojamos diariamente seguir a Jesucristo, vivir en santidad y avergonzar al enemigo no teniendo con qué acusarnos.

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