sábado, 25 de abril de 2009

¡ La pasión hace POSIBLE lo IMPOSIBLE !

El ser humano está hecho de tal forma que cuando cualquier cosa enciende el alma, las imposibilidades desaparecen. Un fuego en el corazón levanta todo en su vida, es por eso que los líderes apasionados son tan efectivos. Un líder con gran pasión y pocas habilidades siempre sobrepasa a un líder con grandes habilidades y ninguna pasión.

A pesar del poder de la pasión, muchas personas en nuestra cultura parecen creer que la pasión es algo de lo que debemos estar mas bien alejados, algo no muy positivo ni bueno. El sicólogo Tony Campolo ha hecho la siguiente observación: «Estamos atrapados en una etapa específica de nuestro genio nacional en la que no solo somos materialistas sino peor que eso; estamos convirtiéndonos en personas emocionalmente muertas. No cantamos, no bailamos, ni siquiera cometemos pecado con mucho entusiasmo».

¿Es la pasión una característica de tu vida? ¿Te levantas con entusiasmo por el nuevo día? ¿Es el primer día de la semana tu día favorito?, o ¿vives de fin de semana en fin de semana como sonámbulo a través de tu rutina de todos los días? ¿Qué tiempo hace desde que no puedes dormir porque estabas demasiado excitado por una idea?

Si la pasión no es una cualidad en tu vida, estás en problemas para lograr lo que quieres. La verdad es que nunca podrás dirigir algo por lo cual no te sientas apasionado. No puedes iniciar un fuego en otros a menos que primero se encienda en ti.


sábado, 4 de abril de 2009

El poder de nuestras palabras


Cuentan que un maestro oriental estaba en la casa de una familia recitando una oración a un niño enfermo. Un amigo de la familia que observaba se le acercó al final de la oración y le dijo: “Dígales la verdad: unas palabras no van a curar a este niño; no los engañe”. El maestro se volvió, lo insultó y le contestó gritando que no se metiera en el asunto. Este maltrato verbal sorprendió muchísimo al amigo de la familia, pues los maestros orientales nunca se alteran. Después se sonrojó, se alteró y empezó a sudar profusamente. Entonces el maestro lo miró con amor y le dijo: “Si unas palabras te ponen rojo, te alteran y te hacen sudar, ¿por qué no pueden tener el poder de curar?”.

Este es un llamado a que usemos nuestras palabras para construir y no para destruir. Si queremos un mejor ambiente en nuestras casas con nuestras familias, empecemos a usar buenas palabras con nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros hijos; si queremos mejorar nuestra relación sentimental digamos palabras constructivas, de amor, de comprensión a nuestra pareja, no de rabia; si queremos tener buenas relaciones en nuestros centros de estudio o nuestros trabajos, ¿qué hacer?, comenzar a utilizar palabras de compañerismo, de ánimo, palabras positivas. Esto no sólo beneficiará a las personas que nos rodean y el ambiente, sino que también incrementará nuestra propia paz y tranquilidad.

¿Te molesta estar en tu casa, hablar con tus compañeros de trabajo o estudio, y tu relación de pareja ya no anda bien?, si quieres cambiar estas situaciones comienza a utilizar correctamente las palabras y verás cuál es el poder que tienen ellas sobre las situaciones. No esperes cambiar a la gente, ni las situaciones, ni las circunstancias, tampoco critiques tanto, mejor preocúpate de lo que dices.